10 enero 2007

Mundo alcochado

Al despertar estaba sentado en una esquina de un pub extraño, no reconocia nada de ese sitio y aunque se supone que sonaba musica alta, todo permanecia en un silencio de ir y venir de personas desconocidas. Tu te diste cuenta que yo estaba perdido, tu lo estabas igualmente pero te habias despertado antes y te acercaste. Me preguntaste si yo tambien notaba ese silencio. Nos encontramos estando perdidos, y las luces negras del techo se encendieron para que brillaramos y ser un punto de referencia el uno para el otro. Habia perdido la esperanza de encontrarte, hacia mucho tiempo que no sabia nada de mi y solo vivia por inercia. Era agradable encontrarte pese a no saber quien eras. Tu tenias el mapa sin saberlo. Y yo seria cualquier cosa que quisieras. Te contaria cuentos para que te durmieras, cuentos de objetos inanimados que tenian por mision hacerte feliz y vivirias para siempre en un mundo diferente, sin despertadores, ni gritos de enfado, y noches de fiesta con amaneceres calidos. Tu serias especial y siempre me querrias pese a ser un tonto, y yo haria tonterias para hacerte reir. Los dos lo vimos estando sentados en ese pub y vivimos el resto de nuestras vidas en esos cinco minutos. Luego las luces se apagaron, se quedo oscuro y la gente se desvanecio luego el mobiliario del pub junto con los camareros se diluyeron en la oscuridad, solo quedamos tu y yo mientras todo desaparecia. Me miraste y dijiste que tu tambien desaparecerias y dijiste tambien que no te olvidara para no morir del todo, que si existias aunque solo fuera en mi cabeza siempre habria algo especial con lo que soñar por las noches. Despues de que hablaras desaparecio justo lo que teniamos delante. Y luego tu.
-Aqui tiene su medicacion, cuando no vaya a hacerse daño a si mismo le dejaremos salir al jardin.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

buena historia, descripción y recreación, el final inesperado, y bastante cinematográfico, no?

seguiré leyendo

1:48 a. m.  

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